Temporada de patos—Temporada de conejos (72)

19 de diciembre de 2020.

—Mi primer beso fue en un cementerio… no, no fue en este… fue en el antiguo, en el de la Salud, que ya se ha quedado casi en el centro de la ciudad.

—Extraño nombre para un cementerio, y extraño lugar donde darte tu primer beso.

—Tengo la rara habilidad de enamorarme de quien no debo y donde no debo.

—Entonces, esta casa te va a ser muy familiar.

—¿Seguro?… A ver tu dormitorio…

«Quiero que me muevas como si estuviera hecho solo de aire y de agua… como si mi espalda no tuviera ningún hueso… como si se curvara hasta el imposible y más allá»… cerré los ojos un poco abrumado por aquella lengua que parecía hurgar en la cavidad de mi alma, aunque no me sentía invadido, ni siquiera violento por la situación.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: