3 de diciembre de 2020.
Un lugar donde los rayos del sol incidan de manera que no tenga que giñar los ojos para contemplar la vida. Un agujero en el punto idóneo que me ofrezca una perspectiva amplia de todo lo que ocurre en el exterior, sin tener que inclinarme ni tener que sacar medio cuerpo fuera. Dar con la posición, incluso con el momento idóneo para observar. Interpretar las señales del universos, descifrar sus códigos, requiere un concienzudo entrenamiento interior solo apto para solitarios empedernidos.