Querido lector: las entradas que te vas a encontrar en mi blog bajo este título son fruto de las reflexiones diarias que he ido escribiendo cada mañana durante el confinamiento en el muro de mi Facebook. Siempre las acompaño además de una canción que por lo general sirve —nunca mejor dicho— de pretexto a lo que escribo.

17 de marzo de 2020
Es curioso cómo a toro pasado todos somos tan sabios y todos lo veíamos venir. Si es así, ¿no deberíamos callarnos, al menos por vergüenza torera? Pero erre que erre, siempre andando en círculos para regresar al punto de partida o a la misma equivocación una y otra vez. Tal vez ese es el destino humano: errar una y otra vez en el recorrido, hasta que, cuando por fin llegas a la cima de la montaña, te das cuenta de que las respuestas a tus preguntas estaban en cada una de las piedras que encontraste en el camino.
Un abrazo y que aprendáis mucho de cada tropiezo.