22 de febrero de 2021.
Tú te escribes a ti mismo… y de paso, nos escribes a quienes conoces o conociste en algún momento de tu vida anterior. Incluso escribes a quienes, de momento, solo intuyes; eso sí, con un trazo grueso y algo grosero. Luego eres ese farsante que anda mascando el chicle de las propias vivencias hasta dejarlo insípido y sin sustancia.
No me interesa lo más mínimo lo que escribes, ni siquiera todo aquello que vomitas sobre mí, porque seguro que te las apañas para que me crezcan branquias y termine convertido en un pez subido a un risco desde donde poder contemplar este cielo del color de la mentira, en un impoluto papel charol azul.