5 de febrero de 2021.

Romance del «Sueño Loco»
Fue un indeciso noviembre,
nos había nacido ingrato,
con larga duda de invierno
resoplando de costado.
La boca por alambique,
para destilar milagros;
la dueña del «Sueño Loco»
abrió el templo de sus labios.
Por un beso que ofreciera
ella cura la ansiedad;
por un abrazo que diera,
espanta la soledad.
Por una caricia suya,
cicatriza la nostalgia;
por una leve sonrisa,
la carcoma de las almas.
Así fue que la taberna
se mudó pronto en capilla;
sus clientes, en adeptos
y el ron, en agua bendita.
Sucedió aquel noviembre:
Santa Clara de los Besos
nos dejó su último aliento
-olor triste, a flores y a muertos-.
Tantos besos ofreciera,
que su boca era una llaga;
tanta tristeza aliviara,
que se le cogió en el alma.
El templo del «Sueño Loco»,
la meca de los sin gozo
cerró sus puertas un día
a sus enfermos devotos.
Y Santa Clara de los Besos
y de los Fuertes Abrazos,
se recluyó en el convento
de los Corazones Locos.