25 de noviembre de 2020.

Querido miserable: ni siquiera tu amor irracional, arrebatador e incontrolable que te hace enloquecer por momentos justifica ni un solo gesto, ni un solo reproche. Ella no es tuya, por más que así lo sientas en tu corazón; ella no pertenece a nadie, sino a sí misma. Métetelo de una puñetera vez en la cabeza, querido miserable, tú que estás ahí dentro desde mucho tiempo antes de que yo naciera.
Firmado en Madrid, a 25 de noviembre de 2020.