Ahora, cuando la observo sin que lo sepa, sentada en un sillón, con el rosario como un tatuaje de gema en su mano, aún oigo el bisbiseo lejano de aquellas mujeres de antaño condenadas a luto perpetuo… También veo a María, espiando el respirar de la calle, camuflada en la tiniebla del pasillo gracias al mimetizado de sus eternas vestiduras negras.
Mi nombre es Juan Cano Pereira. Soy escritor, ando ahora en el estudio de la locución y el doblaje. También le doy a la edición multimedia y algo al diseño gráfico. Amar a la literatura sobre todas las cosas y a las redes sociales como a mí mismo, me ha llevado hasta la narrativa transmedia, entre otras cosas.
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