6 de octubre de 2020.

Solo le hice caso en algo, en que el amor es una enfermedad curable a la que cada cual se enfrenta a su manera, porque cada cual presenta distinta sintomatología, claro.
Pero fue la segunda parte de su charleta, la de los sueños por cumplir, la que terminó por convencerme. Y aquí estoy desde entonces: agarrado con todas mis fuerzas a un sueño que solo me pertenece a mí, en el que nunca influirán circunstancias externas, por mucho que siga dejándome golpear por el viejo pecado del querer.