Querido lector: las entradas que te has ido encontrando en mi blog bajo este título han sido fruto de las reflexiones diarias que he ido escribiendo cada mañana durante el confinamiento en el muro de mi Facebook. En vistas del buen resultado que le están dando a mi salud, tanto de cuerpo como de alma, las seguiré manteniendo. Siempre las acompaño además de una canción que por lo general sirve —nunca mejor dicho— de pretexto a lo que escribo.
20 de junio de 2020

Esto no quiere decir que no vaya a seguir enfangándome en busca de la bondad perdida. Tampoco que abandone la sana costumbre que ha supuesto para un servidor esta continua hemorragia paranoica. El BOE dará por finalizado el estado de alarma a las 00:00 horas de mañana, 21 de junio de 2020, pero parece ser que la alta tensión estará chisporroteando por España durante un tiempo más, dispuesta a cruzarnos los cables a más de uno.
Si os asomáis a la ventana, vais a poder comprobar ese despabilo recién estrenado en la aturdidas caras de la gente; como si todavía los ojos no les hubieran regresado del apagón. Solo espero y deseo que de todo esto se haya quedado un rayo de luz entre vosotros y yo.