Querido lector: las entradas que te vas a encontrar en mi blog bajo este título son fruto de las reflexiones diarias que he ido escribiendo cada mañana durante el confinamiento en el muro de mi Facebook. Siempre las acompaño además de una canción que por lo general sirve —nunca mejor dicho— de pretexto a lo que escribo.
30 de marzo 2020

No suelo hablar de ti y de mí, de nuestra mezcla explosiva que este confinamiento eleva a la enésima potencia. Quién nos lo iba a decir después de tantos años, que, mezclando todo lo bueno y todo lo malo, hiciéramos surgir este algo nuestro que nadie más ha logrado: este tú y yo. Porque volvemos a estar bien juntos —como otras tantas veces—, para lo bueno y para lo malo. Y todo, a pesar de que no podamos tocarnos. Porque ayer lo vi en tus ojos: necesitas ese roce y, ahora, más que nunca, lo echas de menos tanto como yo.